¿Ustedes, al igual que yo, aman ver qué comen en las películas o en las series? Además de amar los programas de cocina, me encanta intentar descifrar las recetas de películas.
Por eso decidí dedicarle un espacio estable en el blog a la «comida de película» y este post estaba perdido en el pasado, así que hoy rescato el Sandwich Spanglish que citando a Jamie Oliver: se ve delicious.
Seguramente han visto Spanglish, quizás la odiaron, y si lo hicieron, fue por no fijarse en el mejor sandwich de la vida, ese que Adam Sandler hace concentrado, por el que pasa el cuchillo, rompe el huevo y cuando está a punto de comérselo llega la mismísima Paz Vega y le quita el hambre. Mala mujer. Nadie puede dejar esa maravilla de lado.
Ahí fue cuando me di cuenta que el personaje de Adam Sandler en Spanglish me gustaba de verdad. Aceptado e interiorizado, busqué la receta del súper sandwich. Entonces, san google me mostró que no sólo yo gozaba con el emparedado, sino que somos miles de fanáticos del mítico.
Para hacerlo necesitamos lo siguiente:
- 3 tiras de tocino
- 2 láminas de queso mozzarella
- 2 rebanadas de algún pan fibroso, puede ser el pan de campo cortado en rebanadas gruesas o alguno de semillas que venden en el súper (Fuchs tiene uno muy bueno y no me auspicia)
- Mayonesa casera
- Tomate
- Lechuga costina
- 1 huevo
Paso a paso
1. Freímos el tocino hasta que quede crujiente, mientras se fríe, tostamos las rodajas de pan en el horno.
2. Sobre una parte del pan tostado, ponemos las láminas de queso y en la otra, la mayonesa, el tocino y la lechuga.
Aquí la parte importante: El Huevo. ¿Qué vino primero, el huevo o la gallina? ¿Que importa? ¡Queremos huevo! Queremos el sandwich de Spanglish ¡AHORA! Necesitamos el huevo con la yema líquida, por lo que vamos a usar la técnica de pochado (la receta del huevo pochado está aquí)
3. Ponemos el huevo con mucho cuidado, lo importante es que no se rompa la yema al montarlo y lo posamos sobre el lado del pan con lechuga. Ahora tapamos nuestro sandwich Spanglish y somos felices comiendo perdices.
El gran momento es: cortar el sandwich por la mitad y ver el huevo chorrear. Un orgasmo gastronómico.
A probarlo, es una obligación.